En
los primeros años de vida el niño es un ser indefenso y heterónomo. Hasta
llegar a la autonomía total será necesario un largo proceso, no sólo madurativo
a nivel biológico y psicológico sino también de aprendizaje social y emocional.
0 a 2 años:
Desarrollo cognitivo:
Según
Piaget nos encontraríamos en la etapa sensoriomotora que abarca desde los 0
hasta los 2 años. Conocemos el mundo a través de nuestros sentidos (primeros en
desarrollar) y la motricidad. El niño va tras la conquista del objeto.
El
desarrollo cognitivo implica un proceso de descentración progresiva y de
conocimiento objetivo de la realidad. Poco a poco el niño irá construyendo la
noción de objeto.
Desarrollo motor:
Según
Piaget “la acción es la génesis de todo conocimiento”.
En
esta etapa son muy importantes los movimientos reflejos o respuestas
condicionadas a determinados estímulos (si no hay respuestas podría ser un
síntoma de una lesión del sistema nervioso).
Algunos
tipos de movimientos reflejos son: reptación, rotación, succión, de prensión o
palmar, de moro, de babinsky (si se golpea la palma del pie los dedos del pie
se contraen), etc.
La
comunicación del niño con el ambiente se inicia a través del lenguaje del
cuerpo, antes que el lenguaje de la palabra aparezca. Tiene gran importancia la
relajación y la tensión en el tono muscular y en la función tónica-gestual. El
movimiento del cuerpo es fuente de conocimiento y de experiencia. Gracias a la
estimulación externa el niño tendrá una motricidad más intencional.
Alrededor
de los 15 meses el niño comenzará a andar y sobre los 20 meses comenzará a
correr y el movimiento será más coordinado y diferenciado. Todo ello le
permitirá ampliar su conocimiento del mundo.
Desarrollo afectivo:
El
bebé desde dentro del vientre materno vive una simbiosis con la madre, que
después del nacimiento precisará para desarrollarse con normalidad. Tras el
parto el bebé tendrá un bombardeo de estímulos y comenzará a tener necesidades
fisiológicas, afectivas, necesidad de seguridad, etc.
De
todas las teorías clásicas sobre el desarrollo de la personalidad la que más
seguidores ha conseguido han sido las teorías psicoanalíticas, cuyo precursor
fue Sigmud Freud. Este autor une el desarrollo de la personalidad al desarrollo
de la sexualidad. Entre los 0 y los 2 años estaríamos hablando de la etapa
oral. Se trata de la una estimulación de la zona bucal, las actividades serán las
de chupar, masticar y morder, etc. y a través de ello conoce el mundo que le
rodea. El placer es producido por la alimentación y el objeto de deseo es el
pecho de la madre.
Un
aspecto muy importante en el desarrollo afectivo del niño es la instauración del
apego (Bolby) alrededor de los dos años. Se trata de sentimientos que unen al
niño con los padres o personas que le cuidan. Es un vínculo emocional que
implica el deseo de mantenerse en contacto por medio de la cercanía física.
Los
niños necesitan formar un vínculo afectivo seguro hacia alguien. Este vínculo
desarrolla un conjunto de respuestas complementarias a las conductas del bebé y
estas conductas son:
- Preferencia sensorial a
distintos niveles:
1.
Auditivo: prefiere la voz humana y distingue la voz de la madre o padre,
música, sonidos familiares, etc.
2.
Visual: reconoce el rostro humano y fija la mirada en los ojos.
3.
Atención diferencial: dirige su atención hacia los estímulos que proceden de
sus congéneres con preferencia.
- Conductas vinculares o
señalizadoras:
1.
Llanto y sonrisa.
2.
Amamantamiento: conducta de interacción.
3.
Intercambio vocal: tiene como fin potenciar los intentos vocálicos pre-verbales
del niño.
4.
Conductas visuales: el bebé y el adulto utilizan la mirada para crear un
diálogo.
Las
fases del desarrollo del apego son:
1.
El bebé dirige sus conductas vinculares hacia todas las personas de su entorno
sin distinción.
2.
Comienza a seleccionar y priorizar la elección de la madre.
3.
El apego queda establecido y hay un rechazo hacia lo desconocido.
Poco
a poco el niño irá tolerando la frustración por la separación o ausencia de los
padres.
El
apego influye de modo decisivo en el desarrollo personal, social y cognitivo
posterior del niño y a través de él adquiere seguridad.
Desarrollo
social:
Alrededor
de los 4-6 meses la sonrisa será más selectiva y tendrá un mayor interés por
los rostros familiares y los extraños les crearán angustias.
Sobre
los 6 meses comenzarán los juegos alternativos donde el niño sigue lo que el
adulto hace y el adulto le da intencionalidad. Ejemplos: Cinco lobitos, cucu
tras.
A
los 7 meses diferenciará el lenguaje adulto y a los 8 meses será más confiado y
situará rostros y objetos. Aparecerá el juego solitario que cambiará al juego
paralelo a los 18 meses. En este tipo de juegos los niños parece que juegan
juntos pero no lo hacen, se denomina monólogo compartido donde el lenguaje aun
no es un instrumento de intercambio.
A
los 2 años su organización del mundo es egocéntrica y aparecerá la moral
heterónoma (2-7 años) donde los castigos son causa- efecto y las normas son
castigos, son normas coercitivas, el niño no entiende de donde vienen las
normas.
2 a 6 años:
Desarrollo cognitivo:
Lo
más importante es el desarrollo de la inteligencia infantil y a esta etapa la
denomina Piaget etapa preoperativa o preoperacional donde se afianza la función
simbólica.
La
etapa preoperativa es un periodo de preparación a las operaciones concretas y
los elementos que la caracterizan son:
-
Pensamiento simbólico y preconceptual (de un año y medio, 2 años a 4 años):
aparece la función simbólica en el lenguaje, el juego simbólico (escoba como
caballo), la imitación diferida y la imagen mental y el lenguaje.
-
Pensamiento intuitivo (de 4 a 6 o 7 años): representaciones basadas sobre
configuraciones estáticas.
Las características
concretas de este tipo de pensamiento son:
-
Ausencia de equilibrio: no hay todavía equilibrio entre asimilación y
acomodación (ante un concepto nuevo: la asimilación: se incorpora un nuevo
elemento y la acomodación: reajuste hasta acomodarlo y se denomina conflicto
cognitivo)
-
Experiencia mental: aprende la realidad a través de acciones y sus resultados
sin usar todavía construcciones abstractas.
-
Centración: tendencia a fijar la atención en sólo algunos aspectos de la
situación provocando una deformación del juicio. Centra la atención en una
situación determinada.
-
Irreversibilidad: carece de la movilidad y reversibilidad de los actos
mentales. No ve relaciones entre la cosas. Ejemplo: sabe que tiene un hermano
pero no ve que a su vez él también es hermano de su hermano.
-
Estatismo: tiende más a fijarse en los estados que en las transformaciones.
-
Egocentrismo: tienden a tomar el propio punto de vista como único.
-
Yuxtaposición.
Desarrollo
motor:
El
niño no deja de ganar peso y altura. El crecimiento del cerebro trae como
consecuencia que el niño va adquiriendo un progresivo control sobre su propio
cuerpo de a cuerdo con las leyes de crecimiento o los gradientes de
crecimiento:
-
Cefalo -caudal:
-
Próximo-distal:
-
General-específico:
También
son importantes los automatismos básicos, que son la prensión y la locomoción.
Todo esto permitirá una
serie de avances a diferentes niveles:
1.
Autocontrol:
-
Control de esfínteres: se produce entre los dos años y medio y los tres años.
Primero se producirá de día y luego de noche y primero será la anal y luego la
orina.
-
Control de piernas: a partir del segundo año el niño irá ganando en la firmeza,
finura y precisión de los movimientos de las piernas.
-
Motricidad fina: irá adquiriendo mayor control en movimiento de manos y dedos.
2.
Preferencia lateral (lateralidad): se suele producir entre los tres y los seis
años.
3.
Esquema corporal: se refiere a la representación que tenemos de nuestro cuerpo.
La representación se consigue a través de un proceso de ensayo-error (proceso
de aprendizaje). El esquema corporal es fundamentalmente una representación
simbólica primero de las diferentes partes de nuestro cuerpo por separado y
posteriormente del conjunto que éstas forman. Es un proceso progresivo que se
da aproximadamente a los 5 años (yo corporal) cuando el niño integra
conscientemente las distintas partes en un todo y la reflexión del movimiento.
Desarrollo afectivo:
Según
Freud entre los 2 y 3 años el niño se encontraría en la fase anal en la cual
obtiene placer en la retención y expulsión de heces y consigue cierto control
sobre los padres.
También
entre los 3 y hasta los 6 años podemos hablar que el niño se encuentra en la
fase fálica donde el niño descubre las diferencias anatómicas entre el hombre y
la mujer. El placer se localiza en la zona genital y buscará el placer a través
de las autoestimulaciones. El conflicto central será el complejo de Edipo en niños y el complejo de Electra en
niñas (deseos hacia el progenitor de sexo opuesto y hostilidad hacia el del
mismo). Cuando reprimen estos sentimientos pasan a otra fase del desarrollo.
Las
fuentes de conocimiento de los niños en estas edades son las plantas, los
animales, las personas, los juguetes y los fenómenos naturales.
Desarrollo social:
Nos
referimos al desarrollo del conocimiento y la comprensión del niño del sistema
social en el que vive.
Hay
que distinguir dos aspectos:
1.
Conocimiento del otro:
2.
Relaciones interpersonales: se caracteriza por:
Consideran
las relaciones como algo dado e incluso impuesto.
Cada
etapa genera unas necesidades que también han de atenderse en la escuela (de
comunicación, de indagación...)
Es
importante la colaboración con las familias, y otros principios como el juego.
IMPLICACIONES EDUCATIVAS.
A
lo largo del artículo hemos venido haciendo referencia a esas implicaciones
educativas, cuando hemos hablado de la importancia del papel del adulto en el
desarrollo de las potencialidades del niño, en su proceso de descentración,...,
no obstante estas implicaciones se han de centran en:
1.
La educación debe adaptarse al ritmo de cada niño, desarrollar sus
potencialidades.
2.
El alumno como protagonista.
3.
Relación entre desarrollos.
4.
Primero capacidades sensoriales más ritmos estables, ambiente lúdico, afecto y
seguridad.
5.
Abordaje integral
6.
Juego, motivación.
7.
Participación de las familias.
8.
La organización del currículo debe responder a la experiencia propia del niño.
BIBLIOGRAFÍA
Palacios, J. Marchesi, A y Coll, C: Desarrollo
Psicológico y Educación, Psicología Evolutiva, Ed. Alianza Psicología.
(Madrid). 1995.
Gallego Ortega, José Luís: Educación Infantil.
Ed. Algibe. (Málaga). 1998
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